(English translation available here: My Sons My Sons)

Hijo mío, hijos míos
Escrito por David Straus

Hijo mío, hijos míos escúchenme, debo decirles algo:

Que nos encontramos aquí solamente para
amar- puramente,
disfrutar- conscientemente,
acoger- empáticamente,
perdonar- generosamente,
buscar- espiritualmente,
y aprender- plenamente.

Hijo mío, hijos míos escúchenme, necesito decirles algo.

Creo en la magia, pero la magia en la que creo no es la que se hace con las manos, con las cartas y con las monedas; Esa magia tan solo es un juego, un juego que me encanta jugar. La Magia en la que creo existe en tu corazón y en tu alma y vuela contigo cuando tu espíritu recuerda como desconectarse de todo lo que te ata a esta tierra.

Hay más: Necesito que sepas que en algún momento tú sabías todo esto. Olvidaste.

Lo entendías mejor de lo que yo lo entiendo ahora.

Cuando eras pequeño, sabías que el alma existía; solías hablar de ella. Solías contarme cosas que habías visto, sentido y escuchado. Pero olvidaste…
Tu hermano menor aun lo sabe, pero posiblemente cuando él tenga tu edad también olvidará. Depende de nosotros ayudarle a recordar.

Tantos de nosotros parecemos olvidar.
Ahora, hago todo lo posible por recordar.

Cada vez que te digo que seas serio, cada vez que te digo que no hagas tonterías, cada vez que te digo que hagas algo porque como adulto tengo una perspectiva absurda de lo que significa ”hacer lo correcto”. Todas esas veces, te digo todas esas cosas cuando me siento frustrado por nada.

Te digo porque lo olvido. Y me miras y me miras- con la mirada perdida, y es porque en esos momentos olvido mi magia, la magia de mi alma y vivo solamente en mi ego.

Se también, muy dentro de mí, que estamos aquí solamente para:

amar- puramente,
disfrutar- conscientemente,
acoger- enfáticamente,
perdonar- generosamente,
buscar- espiritualmente,
y aprender- plenamente.

Es mi deseo hijos míos, que entiendan como tomar la magnífica energía que conforma cada molécula de sus cuerpos y le permitan expandirse más allá de lo que sus mentes entiendan por expansión.

Es mi deseo hijos míos, que sepan qué es el amor, pero no el amor ensombrecido por el miedo y el ego, sino el amor verdaderamente eterno con el que nacieron, el que llevan en sus sonrisas y con el que bailan en esos momentos en los que no piensan en bailar, sino que simplemente se mueven con la música que fortalece sus almas.

Es mi deseo hijos míos, que reconozcan a Dios en su interior y reconozcan el poder que tienen sobre las montañas, el aire y el sol, y el poder que estos mismos elementos tienen sobre ustedes- y sus cuerpos.

Y que se les ha dado este gran regalo que es la vida, no para ser oprimidos ni para ser opresores, sino para volar con las alas que han dejado a un lado mientras aprenden a través de este avatar que llamamos la “forma humana”.

Es mi deseo hijos míos, que de sus labios solo enseñen paz y que solo reciban inspiración.

Hijo mío, hijos míos, si soy exitoso en tan solo una enseñanza, es que soy su alumno y que estamos juntos en un viaje en el cual no existe nada que sea correcto o incorrecto. Tan solo hay enseñanzas y estas enseñanzas permitirán que nuestras vibraciones crezcan y se expandan. Se expandan en la unicidad de la que todos formamos parte.

Por favor no lo olviden, rompan el hábito de la experiencia humana, permanezcan erguidos, hablen siempre con la verdad y amen a todos aquellos que no sepan amar, y ámenlos aún más que a aquellos que hablan con su misma voz.

Tú y tu hermano son todo lo que siempre he deseado y necesitan recordarme que ponga atención, cuando olvido, cuando olvido, porque hiero tanto, porque olvido demasiado a menudo.

Los amo- Besos y bendiciones.

Su padre.